miércoles, 20 de junio de 2007

Reactor experimental alcanza el Mach 10


Investigadores de las agencisa de defensa australiana y estadounidense afirman haber realizado ayer viernes una prueba con un reactor experimental que alcanzó una velocidad de 11.000 kilómetros por hora - 10 veces la velocidad del sonido. Las pruebas se realizaron sobre el desierto australiano empleando un motor de combustión supersónico alimentado con aire (o “scramjet“). Este tipo de vehículos solo operan bien a grandes velocidades y en aire poco denso, por lo que antes de iniciar su vuelo debe ser propulsado a lo alto de la atmósfera mediante un cohete. Cuando alcanza la altitud adecuada el motor se pone en marcha, propulsando al vehículo a velocidades hipersónicas.



Los científicos afirman que este tipo de reactores tendrá aplicaciones tanto militares como civiles en tan solo 20 años. La reciente ronda de pruebas forman parte del la colaboración entre la Organización Tecnológica y Científica para la Defensa de Australia (DSTO) y la Agencia de Proyectos Avanzados de Defensa de los EE.UU (DARPA).

Visto en Experimental jet hits Mach 10

martes, 19 de junio de 2007

Boyas submarinas que convierten las olas en electricidad


A pesar de que tendemos a pensar en las boyas como artilugios que flotan sobre el agua y actúan principalmente como señalización para buques, a lo largo de los últimos años, varios países y empresas han intentado desarrollar modelos de boya que puedan aprovechar la fuerza del oleaje (véase aquí y aquí por citar dos ejemplos recientes). La empresa británica AWS Ocean Energy, le ha dado ahora un nuevo giro a la fórmula construyendo una boya submarina que puede aprovechar la energía de las olas a una profundidad de 50 metros bajo la superficie.

La boya, a la que llaman “buoybu”, es capaz de capturar la energía de la ola a distancia a través de los cambios en la presión que producen las olas al incrementar y reducir la columna de agua. Esto sucede cuando una ola pasa sobre la boya en la superficie, lo cual provoca una elevación en la presión local del agua y el hundimiento de la mitad superior del dispositivo. Entre olas, la columna de agua decrece, devolviendo la presión del agua a su valor normal y provocando que la mitad superior de la boya se eleve de nuevo. Esta variación en la presión se convierte en electricidad, que luego puede añadirse a la red eléctrica.

Simon Grey, director de la compañía, afirma que: “una ciudad de 55.000 habitantes necesitaría medio kilómetro cuadrado de lecho marino cubierto con 100 de estas boyas para obtener su suministro”. Cree que las boyas podrían disponerse de forma efectiva en todo el Atlántico Norte, desde Escocia a Portugal, y también en la línea costera del Pacífico en los EE.UU., a lo largo de la costa de Chile o incluso en Sudáfrica y Nueva Zelanda (las aguas mediterráneas son demasiado calmadas como para proveer suficiente energía).

AWS Ocean Energy planea colocar sus primeras 5 boyas experimentales en algún lugar del lecho marino de la costa escocesa para el año que viene, y tras ello espera que se extiendan con rapidez, y ampliamente, por el Reino Unido.

Vía : Power-generating buoys shelter in the deep

Traducido de Underwater Power-Generating Buoys Make Waves.