viernes, 24 de octubre de 2008

Reactable… y olvídate del solfeo

Tal y como comentan en la web oficial de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (sus creadores), el reactable es un instrumento de música electrónica colaborativo que consta de un interface en forma de mesa multi táctil. Varios artistas comparten simultaneamente el control completo sobre el instrumento moviendo y rotando objetos físicos sobre una superficie plana redonda y luminosa. Al mover y relacionar estos objetos, se representan los componentes de un sintetizador modular clásico, y los usuarios pueden crear topologías sonoras complejas y dinámicas mediante generadores, filtros y moduladores en una suerte de sintetizador tangible modular, o lenguaje de programación de flujo controlado “asible”.

Científico del MIT afirma que el ascensor espacial es una posibilidad real



Los científicos afirman encontrarse “muy cerca” de contar con un material lo suficientemente fuerte como para crear un elevador espacial. Según ellos, ya son capaces de crear cables a base de nanotubos de carbono con entre un cuarto y un tercio de la resistencia necesaria, y estiman que en la década de 2020 o 2030 se conseguirá la resistencia requerida.
Para crear el, así llamado ascensor espacial, un dispositivo que permitiría elevar material y personas al espacio a lo largo de un cable, haría falta crear un cable capaz de extenderse 30.000 kilómetros.
“En este momento no tenemos la habilidad para hacer un cable largo, a base de nanotubos de carbono. Aunque tengo confianza en que dentro de un período de tiempo razonable, seremos capaces de hacerlo”, afirmó el profesor Jeff Hoffman, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Los primeros tres párrafos son un resumen de Scientists working on space elevator

Trabajas menos que un leñador en el Sáhara… Oh wait!

¿Os imagináis que el Sáhara sea capaz de producir un volumen de agua tal que permita cultivar cosechas allí? ¿Os imagináis ser capaces de obtener un potencial energético de sol tal que permitiera suministrar electricidad a las ciudades de África y Europa? ¿Os imagináis que se pudiera producir un biocombustible que no impactase en los suministros mundiales de alimentos? Bueno, pues Charlie Paton, Michael Pawlyn y Bill Watts lo hacen, y lo que es más… también se imaginan que todos esos procesos pueden suceder al mismo tiempo y en el mismo lugar.
Esta semana, estre trío de visionarios ha presentado al mundo el Proyecto Bosque en el Sáhara. Su propuesta pasa por combinar dos tecnologías innovadoras, la Planta de Concentración Solar (PCS) y los Invernaderos de Agua Salada (IAS), para producir energía renovable, agua y alimentos en un área desértica conocida por ser uno de los lugares más cálidos de la Tierra.
Los IAS se diseñaron para abordar el problema de la irrigación de cosechas en regiones áridas costeras, para lo cual se evapora agua de mar y se condensa en agua dulce pulverizada que rocía las plantas del interior del invernadero. Esto ayuda a rervertir la tendencia desertificadora de los invernaderos industriales normales. Por otro lado las PCS son vistas en la actualidad como uno de los más prometedores métodos de aprovechamiento del caudal energético solar, lo cual se consigue recolectando rayos solares mediante espejos y redirigiéndolos a un depósito calentador de agua. El vapor producido de este modo mueve una turbina generando electricidad.
La idea es que ambas tecnologías trabajen conjuntamente en un emplazamiento ubicado en algún lugar del norte de África, preferiblemente en un punto situado por debajo del nivel del mar, para de este modo reducir o potencialmente eliminar los costes de bombeo del agua marina. El esquema ha sido diseñado como un ’seto’ de invernaderos que actúen como protector contra el viento y como refugio para las plantas de exterior. Luego se colocaría una matriz de PCS alternadamente a lo largo del ’seto’ de invernaderos. Los invernaderos producen cinco veces más agua dulce del que necesitan las plantas de su interior, y ese excedente puede emplearse en irrigar las huertas y la cosecha de Jatrophra, la cual podría a su vez transformarse en biocombustibles útiles para el transporte y otros fines.
En fin, todo muy bonito en teoría. Incluso contamos con la tecnología para hacer algo parecido, pero… ¿soy yo, o este parece ser otro de esos utópicos proyectos que solo dan trabajo a los ilustradores?
Visto en Incredible Sahara Forest Project to Generate Fresh Water, Solar Power and Crops in African Desert

Nanoflores para mejorar la capacidad de las baterías


Unas nanopartículas en forma de flor - también conocidas como “nanoflores” - podrían conducir a la fabricación de baterías más potentes en un futuro cercano. El químico Gaoping Cao y sus colegas, informan en la última edición de la revista Nano Letters de sus trabajos en el desarrollo de nanoflores que puedan dar lugar a baterías más duraderas para teléfonos móviles, ordenadores portátiles, etc.
A pesar de que el concepto de las nanoflores no sea nuevo, Cao afirma que las formas de esta nanopartícula descubiertas previamente no bastaban para dotarnos de las baterías de vida larga que necesitarán los componentes electrónicos del futuro.
En el estudio de Cao, los científicos hicieron crecer grupos de nanotubos de carbono - siendo el grosor de cada uno 50.000 veces menor que el de un cabello humano - conocidos por su gran conductividad eléctrica. Luego pusieron óxido de manganeso en lo alto de los nanotubos. El proceso dio como resultado unos nanogrupos en forma de dientes de león que finalmente resultaron ser un sistema de almacenamiento eléctrico con una mayor capacidad, vida útil y eficiencia que las baterías actuales.
Y aunque ya sería bastante pensar en sus aplicaciones para alargar la vída “lejos de la red eléctrica” de nuestros ordenadores portátiles, lo cierto es que las nanoflores podrían resultar aún más útiles dotándonos de vehículos híbridos “enchufables” capaces de circular más y más kilómetros con cada carga.
Crédito imagen: Nanowerk.
Traducido de Nanoflowers Could Lead to Superior Batteries (Escrito por Ariel Schwartz).

El ejército de los Estados Unidos desarrollará “cascos lectores del pensamiento”


La revista Time Magazine informa sobre un contrato de 4 millones de dólares, firmado por el ejército de los Estados Unidos, para desarrollar un “casco mental” que aprovechara las silenciosas ondas cerebrales para hacer más seguras las comunicaciones entre tropas, que la armada estadounidense cree que “conducirá al control mental directo de los sistemas miltiares únicamente a través del pensamiento”.
El objetivo inicial del ejército es capturar las ondas cerebrales mediante un sofware que las traduzca a mensajes de radio audibles por el resto de las tropas en el campo de batalla. “Sería una especie de radio sin micrófono”, comenta el doctor Elmar Schmeisser, neurocientífico perteneciente a la armada de los EE.UU. que supervisa el programa. “Como los soldados ya están entrenados para hablar de forma llana, clara y de un modo que pueda formularse, solo haría falta un pequeño esfuerzo para hacerles pensar en este mismo modo”.
El desafío clave será desarrollar un software capaz de señalar a las ondas cerebrales relacionadas con el habla y captarlas a través de una matriz de 128 sensores (véase foto) que irán ocultos en el interior del casco. Los científicos niegan las acusaciones de estar jugando con las mentes del soldado. “Mucha gente interpreta a cualquier cable que salga de la cabeza como una especie de lector de la mente”, comenta el doctor Mile D’Zmura, “pero en estos momentos no hay forma de hacer algo parecido”. Uno de las posibles aplicaciones de esta tecnología para la vida civil podría ser el desarrollo de un casco Bluetooth que permita que la gente que está cerca tuya no te pueda escuchar cuando hablas con tu teléfono móvil”.
Visto en Slashdot