jueves, 9 de agosto de 2007

Proponen construir turbinas eólicas magnéticas de tamaño colosal

En la imagen de la izquierda mostramos una visión imaginaria de turbina eólica maglev que podría generar un gigawatio de potencia (lo suficiente para el suministro de 750.000 hogares). Este dispositivo ha sido propuesto por una nueva compañía con sede en Arizona llamada MagLev Wind Turbine Technologies. La compañía afirma que empleando esta turbina eólica podría producir energía limpia a menos de un centavo de dolar el kilowatio hora.

La levitación magnética es un método muy eficiente de capturar la energía del viento. Las palas de la turbina se suspenden sobre un colchón de aire, y la energía se dirige a los generadores lineales con una pérdida mínima por fricción. Pero la gran ventaja del maglev es que reduce los costes de mantenimiento, e incrementa la vida útil del generador.

La compañía señala también que construir una sola turbina enorme como esta, reduciría los costes de montaje y mantenimiento; además requeriría menos espacio que el necesario para la construcción de cientos de turbinas convencionales. Ed Mazur, investigador en fuentes de energías renovables desde 1981 e inventor de la turbina eólica por levitación magnética dirige la compañía.

En NewScientist algunos investigadores, como Gordon Edge, advierten que aunque la idea tiene mérito, (de hecho los chinos ya hicieron algo parecido el año pasado) las dificultades técnicas de hacer levitar algo a esa escala serían tremendas.

Visto en Colossal Magnetic Levitation Wind Turbine Proposed

Colección de micropartículas

Cortesía de Peter Allen

Los investigadores podrían haberse acercado un paso más a la producción de diversas partículas microscópicas y a nanoescala, útiles para la composición de materiales de alta tecnología y para la administración de fármacos. Buscando un método con el que poder crear una gran variedad de formas de partículas con la intención de estudiar sus diferentes propiedaes, un equipo de la Universidad de California en Santa Bárbara, estiraron láminas de polímeros en las que habían incrustado cuentas esféricas de poliestireno (el mismo material que se usa en las bandejas de alimentos en los supermercados) y las derritieron empleando calor o dilsolventes. Las partículas resultantes, que medían de 60 nanómetros a 10 micrómetros de anchura, tomaron después alguna de las miles de formas posibles mostradas en la imagen, tal y como se describe en la edición del 17 de julio de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

No tengo efectivo ¿le sirve mi dedo?

El pasado 24 de julio, Hitachi anunció el desarrollo de un sistema de pago biométrico que no requiere de tarjetas de crédito y que han dado en llamar “dinero por venas del dedo”. Esta curiosa forma de pago permitiría a los consumidores comprar empleando únicamente uno de los dedos de la mano. La compañía tiene planeado empezar a probar el sistema de pago en Septiembre.

El sistema de Hitachi se basa en una tecnología de autentificación de las venas del dedo que comprueba la identidad de una persona leyendo el patrón de vasos sanguíneos de la punta de los dedos. Estos patrones son únicos para cada individuo, al igual que las huellas dactilares o las retinas, pero al contrario que estos se encuentra escondido de forma segura bajo la piel, lo cual hace más difícil su replicación. Este sistema ya está en uso como método de verificación de identidades en encriptación de mensajes, apertura de puertas, control de sistemas y log-in de computadoras en Japón.

El sistema funciona de la siguiente manera: primero el consumidor registra su patrón venoso del dedo empleando una tarjeta de crédito de la compañía. Luego se introduce esta información en una base de datos junto a los datos de la cuenta corriente. Tras esto, cuando los compradores quieren pagar algo, simplemente van a la caja registradora y colocan su dedo sobre el lector de venas, que emplea LEDs infrarrojos y una cámara especial que captura una imagen detallada de la estructura de los capilares. La imagen se digitaliza y se envía a la base de datos, donde se comprueba por comparación con la imagen del registro de usuario. Cuando el sistema verifica la identidad del comprador, la compra se carga a la tarjeta de crédito asociada al usuario.

Las pruebas comenzarán en septiembre con 200 empleados voluntarios de la empresa Hitachi, que podrán usar este sistema para pagar en la cafetería y en las tiendas del edificio Hitachi System Plaza situado en Shi-Kawasaki. Si todo va bien, Hitachi – que en este proyecto colabora con la empresa JCB del sector del pago a crédito – extenderá el sistema de pruebas a todos los edificios de la compañía.

Un sistema de pago que elimina la necesidad de portar tarjetas de crédito y los inconvenientes de seguridad de otros métodos, podría contribuir a acabar con los problemas de ansiedad asociados a la pérdida o robo de las tarjetas de crédito. Cuando ese día llegue, lo único que nos preocupará es no perder los dedos.

Hitachi finger vein Money

domingo, 5 de agosto de 2007

Imprime buckyesferas y nanotubos con tu impresora de inyección de tinta para hacer células solares

El problema con la energía solar es que es jorobadamente caro. Si no puedes aprovecharla, no importa que luego tengamos una fuente de energía gratis bañando cada metro cuadrado de la Tierra. Reducir los costos de producción de los paneles solares es una especie de santo grial.

Resuelve este problema, y todo cambiará.

Aquí tenemos un paso adelante. Investigadores del Instituto Tecnológico de Nueva Jersey han desarrollado una célula solar económica que puede pintarse o imprimirse sobre láminas plásticas flexibles. El proceso es tan sencillo, afirman los científicos, que los usuarios domésticos podrían finalmente ser capaces de crear sus propias células solares en casa, empleando para ello las baratas impresoras de inyección de tinta. Tras eso, simplemente podrías pegar las láminas sobre tu tejado y empezar a generar energía.

El trabajo de investigación, titulado “Un complejo de nanotubos de carbono de pared sencilla para células fotovoltaicas a base de masa de polímeros ligados por heterounión” fue la historia de portada de la edición del 21 de junio de 2007 de la revista “Journal of Materials Chemistry” publicada por Real Sociedad de Química.

Al contrario que las células solares tradicionales, que se fabrican con silicio purificado, estas células se realizan con componentes orgánicos: nanotubos y fulerenos de carbono (también conocidos como buckyesferas).

He aquí una explicación sobre su funcionamiento: los nanotubos se disponen junto a las buckyesferas formando una estructura donde unos y otros se complementan. Cuando los fotones de luz golpean este material, se producen electrones que son capturados por las buckyesferas. Los nanotubos actúan como cables para extraer los electrones, y permiten que las buckyesferas se “descarguen” y puedan realizar más capturas. Conéctalo todo junto y ya tienes una fuente de energía.

Por supuesto, los investigadores esperan verlas en uso en el futuro por todas partes. Citando al doctor Somenath Mitra (en la foto):

“Usar esta combinación única, en la fabricación de células solares orgánicas, podría mejorar la eficiencia de las futuras células “imprimibles”. Algún día, confío en que este proceso se convierta en una alternativa barata de obtención de energía para los propietarios de casas de todo el mundo”.

De momento he puesto a calentar mi impresora de inyección de tinta.

Traducido de Print Buckyballs and Nanotubes on your Inkjet Printer to Make Solar Cells (por Fraser Cain)