miércoles, 30 de abril de 2008

Haciendo crecer nuevos órganos

Supongamos que algún órgano, riñón, hígado, … te deja de funcionar; hasta ahora la única solución era el trasplante, pero las nuevas técnicas de medicina regenerativa ofrecen una solución alternativa: Hacer crecer un nuevo órgano.

Eso es en lo que está trabajando el McGowan institute, de la Universidad de Pittsburg. Los investigadores de este instituto están desarrollando técnicas de regeneración celular que permitan hacer crecer tejido nuevo, con el objetivo de reparar órganos dañados; es lo que se llama "ingeniería de tejidos".

La idea de partida es que cada célula del organismo contiene nuestro genoma completo, lo que quiere decir que si un cultivo celular es "dirigido" de la forma adecuada, podrá crecer hasta formar prácticamente cualquier tipo de tejido orgánico.

El pionero de esta técnica es el doctor Anthony J. Atala, jefe del departamento de urología de la Wake Forest University. Este profesor regenera las vegijas de sus pacientes tomando células del propio paciente y cultivándolas en el laboratorio sobre un "andamiaje" que guía el crecimiento del tejido. Cuando el tejido ha crecido lo suficiente, lo implanta mediante cirugía en el paciente; una vez implantado, el tejido completa su crecimiento mientras el "andamiaje" se va deshaciendo, completando así la reconstrucción del órgano.

De todas formas, el éxito mas espectacular de la medicina regenerativa lo ha logrado el doctor Stephen Badylak; se trata de la regeneración del dedo de Lee Spievack. Lee Spievack es un aficionado al aeromodelismo que perdió parte de un dedo en un accidente con la hélice de uno de sus aviones. El doctor Badylak, utilizando tejido procedente de vegijas de cerdo, ha fabricado un producto llamado extracelullar matrix (ECM) que sirve como activador para la regeneración del tejido. Aplicando este producto sobre el dedo mutilado de Spievack, Badylak logró que este creciera hasta regenerarse de nuevo.

¿Que posibilidades ofrece esta tecnología? Una vez demostrada su capacidad para hacer crecer no ya tejido, sino órganos enteros nuevos, los límites solo los pone nuestra imaginación. Podemos imaginar que, en un futuro ya no habrá necesidad de trasplantes; simplemente, se cultivará un órgano nuevo, con la ventaja añadida de que no habrá peligro de rechazo, ya que el órgano está construido con células del propio paciente. Podemos imaginar también que las enfermedades degenerativas pasarán a ser historia, ya que será posible reconstruir los tejidos que se deterioren.

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