¿Qué obtendríamos cuando al papel se le añade nanotubos de carbono?. En principio podemos pensar que se produce un endurecimiento del papel pero por contra, la mezcla sigue siendo flexible que incluso puede ser preparada en láminas ultra delgadas. Esto permite la posibilidad de crear baterías flexibles y supercondensadores tal y como se ha publicado recientemente en un trabajo del Instituto Politécnico Rensselaer de Nueva York mientras los investigadores estudiaban la creación de una nueva generación de membranas para la diálisis. El hecho de que se puedan fabricar acumuladores de energía con el papel es un gran logro debido a que podremos disponer de baterías enrollables o en forma de hojas de papel sin ninguna pérdida de eficacia. Robert J. Linhardt, uno de los investigadores de este proyecto ha comentado: "La flexibilidad de este tipo de baterías es muy superior a la flexibilidad de las baterías flexibles que hoy en día existen en el mercado las cuales son más parecidas a un CD. Esto permitirá "moldear" la batería en cualquier forma para adaptarla al espacio disponible. "
Como cualquier otro dispositivo acumulador, la batería en la versión de papel comprende electrodos, electrolitos y un separador. La alineación vertical de los nanohilos de carbono constituyen el primer electrodo y son depositados sobre un sustrato de Silicio usando un método de deposición vapor. Estos nanotubos dan al papel un aspecto oscuro. La celulosa vegetal es depositada entonces sobre esta distribución de nanotubos, solidificándose al secarse formando el separador. Esta hoja de papel así preparada es impregnada con un líquido iónico (una sal orgánica líquida a temperatura ambiente) que proporciona el electrolito. Puesto que el líquido orgánico no contiene agua, no hay nada en la batería que pueda congelarse o evaporarse por lo cual permite ser utilizada en zonas con temperaturas extremas dentro del rango de los 195-450K ( -200 ºC hasta 180 ºC).
Para construir una batería sólo hay que depositar un pequeño recubrimiento de óxido de litio como segundo electrodo. Sin embargo para construir un supercondensador sólo hay que depositar dos electrodos de carbono a ambos lados del papel. El equipo de investigadores ha diseñado un dispositivo de "almacenamiento dual" contenido tres electrodos que actúan como supercondensadores y baterías a la misma vez. La capacidad de generar electricidad es alta ya que una batería del tamaño de un sello de correos es capaz de generar un voltaje de aproximadamente 2.5V. Debido a que la celulosa es extremadamente biocompatible, este tipo de dispositivos se convierte en una gran alternativa como fuentes de energía para dispositivos implantados en el cuerpo. Los investigadores han demostrado que las propias sustancias del cuerpo humano como la sangre, la orina o el azúcar pueden actuar como electrolito en este dispositivo evitando la falta de biocompatibilidad del electrolito original.
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