jueves, 29 de noviembre de 2007

¿Nucleares del futuro?

Las nuevas tecnologías irrumpen a causa de la crisis energética

El reactor nuclear portátil tiene el tamaño de un jacuzzi. Tiene la forma de una taza de sake, rellena con un núcleo de hidruro de uranio rodeado de una atmósfera de hidrógeno. Encapsúlalo en un arcón de hormigón, transpórtalo hasta su emplazamiento, entiérralo a buena profundidad, conéctalo a una turbina de vapor y, voilá, conseguirás suficiente electricidad como para satisfacer el consumo de una comunidad de 25.000 hogares durante al menos cinco años.

El mes pasado se creó la compañía Hyperion Power Generation para desarrollar el reactor de fisión nuclear ideado en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, tras lo cual llegará al sector privado. Si todo va según lo planeado, Hyperion podría contar con una fábrica en Nuevo México para finales del 2012, fecha en que comenzaría la producción de 4.000 de estos reactores.

Aunque produciría 27 megavatios válidos de energía térmica, a Hyperion no le gusta pensar en su producto como un reactor. Es autocontenido, no incluye partes móviles y por ello, no necesita la presencia de un operador humano.

De hecho, al ser tan seguro, Hyperion prefiere llamarlo unidad, batería, o módulo, tal y como nos indica Deborah Blackwell, portavoz de la compañía. Al igual que una pila AA normal, que nunca se abre para ver sus compuestos químicos internos - sino que simplemente se instala - nunca tendrás que abrirla o manejarla.

Otis Peterson, científico del LANL, cubrió la patente del reactor nuclear de fisión en 2003. En teoría, el reactor emplea cristales de uranio e isótopos de hidrógeno para crear un equilibro interno auto-regulado. Al tratarse de un concepto tan nuevo, los activistas anti-nucleares aún no están muy seguros de como reaccionar. Pero la palabra “escéptico” tal vez peque de demasiado generosa para las primeras reacciones, ante la afirmación de Hyperion, de que se trata de una fuente de energía limpia.

Todo el concepto es una locura y no merece la pena que le prestemos atención, comenta el director ejecutivo del grupo de estudios de Los Álamos, Greg Mello. Por supuesto, teniendo en cuenta el alto nivel de amiguismo, corrupción, ignorancia y entusiasmo oficial, es posible que los peces gordos hagan algo de dinero con esto durante las fases iniciales, antes de que los cuervos vuelvan a posarse en sus perchas.

El Consorcio para la Transferencia Tecnológica de Laboratorios Federales podría, no obstante, diferir de esta opinión. El grupo, que engloba a 700 laboratorios, y que fue creado por el Congreso para promocionar las actividades de transferencia tecnológica entre los sectores público y privado, ha dado la bienvenida a la invención de Peterson, y en octubre de 2003, durante unas conferencias en Hawaii, la definió como “desarrollo tecnológico asombroso”. Peterson, que en la actualidad se ha retirado del LANL, se ha convertido en el jefe científico de Hyperion, comenta la portavoz Blackwell.

Blackwell es la directora de la empresa Purple Mountain Ventures, que se describe a si misma como una empresa capitalista especializada en la comercialización de los desarrollos tecnológicos generados por los laboratorios LANL. Purple Mountain patrocina y financia así mismo a la compañía CIVA, una empresa local que desarrolla el software de modelaje sobre pandemias creado por LANL. Según Blackwell, el reactor Hyperion tiene el potencial necesario para solucionar la crisis energética.

El laboratorio está trabajando muy duro con pizarras bituminosas y arenas de alquitrán, pero no hay forma de obtener la energía necesaria para mantener las instalaciones. Así, esta batería nuclear podría resultar todo un logro, y podría proveer de la energía necesaria para el suministro de una ciudad pequeña y sus labores industriales.

Blackwell cree que estas baterías podrían emplearse también en las bases militares, así como en los países en desarrollo, donde la pobreza es el resultado de la ausencia de electricidad y la falta de agua limpia. Esta semana, Hyperion se encontrará con sus primeros clientes potenciales, pero Blackwell espera entrar pronto en contacto con Naciones Unidas y con asociaciones humanitarias internacionales.

No obstante, hasta ahora los defensores de la causa anti-nuclear no se tragan las afirmaciones que aparecen en la web de Hyperion.

“La industria nuclear nunca te cuenta la historia completa”, comenta Jay Coghlan, director ejecutivo de un organismo de vigilancia nuclear de Nuevo México. “Las cuentas de los subsidios de los contribuyentes, los gastos financieros y medioambientales relacionados con las actividades mineras, el enriquecimiento de uranio y el almacenamiento de residuos, no aparecen nunca reflejados”.

Traducido de Nuke to the Future (Por Dave Maass).

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